La Central Hidroeléctrica Belo Monte es la 2ª más grande de Brasil y la 3ª más grande a nivel mundial. Está ubicada en el río Xingu, cerca de la ciudad de Altamira, en el estado de Pará. Con una capacidad instalada de 11.233 MW, es un proyecto asin regulación intra-anual e caudales. Dos embalses (Xingu e Intermedio) ocupan un área de 359 km² y 116 km² respectivamente.
La proximidad a los territorios de tres grupos indígenas activó procesos de Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI). Los impactos en hábitats críticos debido a la presencia de especies en peligro requirieron la implementación de varias compensaciones (offsets) de biodiversidad. Se requirió reasentamiento involuntario significativo en Altamira. Se expropiaron alrededor de 1.241 propiedades rurales pertenecientes a 912 propietarios. Ocurrieron procesos significativos de afluencia de población migrante.
Los numerosos desafíos del proyecto generaron mucha oposición de partes interesadas locales y de ONGs tanto nacionales como internacionales. Los planes de gestión ambiental, de biodiversidad y social y las compensaciones requeridas por el proyecto demandaron inversiones superiores a los 1.000 millones de dólares.
En 2012, JGP fue seleccionada por las Entidades Financieras (Caixa Econômica Federal / BTG Pactual / BNDES) para realizar la Evaluación Ambiental y Social de Debida Diligencia (Due Diligence) del proyecto. Posteriormente, JGP fue contratada como Consultor Ambiental y Social de las Entidades Financieras, responsable por el monitoreo independiente durante la construcción (hasta 2018) y la operación (aún en curso).